La semana pasada hablábamos de comer siempre lo mismo como David Lynch, y que es una cosa que hago desde hace un par de años de manera inconsciente, simplemente para estar menos obsesionada con la comida. Una de las consecuencias de esta forma de comer es el espacio que ocupa la despensa ahora en mi casa. He pasado de una nevera petada, un congelador que no se podía ni abrir y baldas y cajones con variedades de todo tipo, a prácticamente un tercio del espacio de antes ocupado.
La compra también se ha reducido mucho en tamaño, pero en cambio ha subido en calidad. Si me voy a comer un tomate con atún y queso, quiero que todo sea alucinante, ya no me vale con cualquier cosa.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a El Substack de Mer ZUBI para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.